Asesinato de Chuy Montana: Corridos tumbados y la sombra de la violencia

Asesinato de Chuy Montana: Corridos tumbados y la sombra de la violencia

Un cantante callado a tiros: Jesús Cárdenas Velázquez, conocido artísticamente como Chuy Montana, fue asesinado a los 25 años el pasado 7 de febrero en la carretera Rosarito-Tijuana. Este músico del género musical «corridos tumbados», caracterizado por sus letras crudas y directas sobre violencia y crimen organizado, se une a una preocupante lista de cantantes afectados por la ola de violencia en México.

¿Motivo: Las autoridades apuntan a su música como posible móvil del crimen, una afirmación respaldada por la alcaldesa de Tijuana, quien considera que los corridos tumbados «generan violencia». Esto alimenta un debate controversial: ¿el arte refleja la realidad o la incita?

Antecedentes: El caso de Chuy Montana no es aislado. Otros cantantes de corridos como Fuerza Regida han sido vinculados a grupos delictivos, evidenciando una peligrosa intersección entre música y violencia.

Silenciando las voces: La respuesta de Tijuana ha sido contundente: prohibir los corridos tumbados en la ciudad. Mientras tanto, queda la pregunta: ¿es la censura la solución? Las voces críticas señalan que criminalizar un género musical tan arraigado en la cultura mexicana podría ser contraproducente.

Más allá de la música: Chuy Montana fue secuestrado antes de ser asesinado, un detalle que conmociona y añade complejidad al caso. Su padre había pedido un cambio de vida para su hijo, y su asesinato ha generado una oleada de tristeza entre sus seguidores en redes sociales.

Sin respuestas: La investigación sobre el asesinato continúa, pero las respuestas siguen siendo difusas. ¿Fueron sus letras el motivo? ¿Existe un vínculo con el crimen organizado? Mientras la sombra de la violencia se cierne sobre la escena musical mexicana, el debate sobre la libertad de expresión, la censura y la responsabilidad social del arte se abre más que nunca.