Veracruz; El cuerpo de Jocksan Gabriel Hernández permaneció enterrado en una fosa común controlada por la Fiscalía durante casi ocho años, durante los cuales se negaron a reconocerlo y entregárselo a su madre.
Finalmente, después de más de ocho años, Aydeé Ochoa Zárate recibió los restos de su hijo Jocksan Gabriel Hernández Ochoa, quien desapareció en septiembre de 2015 a manos de policías estatales en Ciudad Cardel, municipio de La Antigua. Su otro hijo, Jordan, aún no ha sido encontrado.
Durante más de siete años, los restos de Jocksan estuvieron sepultados en una fosa común bajo la supervisión de Servicios Periciales.
A pesar de que el cuerpo del joven de 18 años fue descubierto en febrero de 2016, cinco meses después de su desaparición, la falta de personal de la Fiscalía General del Estado dificultó la identificación, y sus restos fueron clasificados como «No Identificado».
Jocksan Gabriel y su hermano Jordan, de 19 años en ese momento, fueron detenidos por policías estatales en septiembre de 2015, según el relato de su madre Aydeé Ochoa Zárate.
Los oficiales irrumpieron en su hogar en Ciudad Cardel, golpearon y maltrataron a los hermanos antes de llevárselos con destino desconocido, y desde entonces no se tuvo noticias de ellos.
La madre buscó ayuda con colectivos de familiares de personas desaparecidas a lo largo del tiempo, uniéndose a movilizaciones para exigir la localización de todas las personas que, como sus hijos, fueron privadas de su libertad.
