‘La bala le atravesó el cuerpo y no lloraba’

‘La bala le atravesó el cuerpo y no lloraba’

Ciudad Juárez.- De profesión enfermera, “Gloria” no dudó en correr cuando a gritos le pidieron auxilio afuera de su casa en el fraccionamiento Parajes de Oriente. Al llegar a la casa en color azul ella observó a una adolescente de 15 años que se dolía de un impacto de bala en el hombro derecho, y a pesar de eso cargaba a una bebé que tenía su ropa ensangrentada.

“No lloraba, la bala le atravesó el cuerpo y aun así ella no lloraba”, recuerda la mujer que, a pesar de los 12 años de servicio y su experiencia en urgencias médicas, asegura no estar lista para ver morir a una niña a causa de un disparo.

Lo ocurrido la noche del domingo 11 de junio en la calle Desierto de Simpson Norte difícilmente será olvidado por sus residentes. Ésa fue la noche que los colonos se movilizaron con tal de salvar al mayor número de vidas.

Mientras la vecina enfermera trataba de brindar los primeros auxilios a las dos menores heridas de bala, un vecino conductor de la plataforma Uber hizo acopio de todo su valor y conocimiento de las calles para trasladar, a toda prisa, a las lesionadas a la Cruz Roja. Otros vecinos sacaron vendas y con un cinturón ataron la pierna de otro menor lesionado para evitar que se desangrara.

De esa noche quedan los charcos de sangre en el exterior de la casa azul y los cordones de plástico con la palabra “precaución”, que fueron colocados alrededor de la escena del crimen.

Agresiones sobre la misma calle

El fraccionamiento Parajes de Oriente, situado al final del bulevar Zaragoza, ha registrado varios hechos violentos en el último año en la calle Desierto de Simpson Norte.

Un mes atrás, a tres casas de la vivienda donde se registró la agresión, fue abandonado un cuerpo desmembrado. Semanas antes, sobre la misma arteria, dos casas fueron rafagueadas.

“Ya pasan muchas cosas en esta calle. Aquí hace poquito tiraron un difunto, ya habían balaceado esas dos casas y a pesar de todos los hechos violentos, el patrullaje no es constante. Están pasando cosas muy feas aquí en Juárez, si la gobernadora de verdad hiciera algo, no pasarían todo esto”, reclama la enfermera.

La mujer sostuvo el cuerpo de la pequeña Ángela Aurora H. E., de cuatro meses de edad, hasta su último suspiro. No alcanzó a llegar con vida ella, sólo su tía de 15 años.

‘Gloria’, como se identifica a la enfermera que pide la reserva de su identidad, menciona que ella no entró a la casa, sólo atendió a las dos menores afuera de la propiedad y resolvieron trasladarlas a la Cruz Roja.

“No entré, yo nomás revisé la bebecita y la llevamos otra muchacha y yo con un vecino que es Uber y él nos llevó”, agrega.

“¿Usted como enfermera ha atendido heridos por arma de fuego?”, se le pregunta.

“Sí, dentro de hospital. No así… nunca a una bebé y es bien pesado, se siente una impotencia enorme porque yo tengo mi familia, mis hijos y no poder hacer nada para salvarla…”, dice sin poder evitar las lágrimas y que la voz se le quiebre.

Presencia policiaca

Desde la noche del domingo elementos de las diversas corporaciones policiacas han permanecido en el lugar de los hechos; los vecinos lamentan que tenga que ocurrir una tragedia de tal magnitud para ver patrullas en la calle.

“La presencia policiaca nunca ha sido buena aquí por esta calle, a lo mejor por calle principal sí, pero por esta desgraciadamente no es así y pasan muchas cosas en esta calle”, agrega una comerciante entrevistada también.

A pesar de que la tendera cuenta con cámaras de vigilancia, las imágenes no se graban y aunque el técnico ha sido llamado para que las repare, desde hace varias semanas ya no responde a los llamados.

Otra vecina que salió a tender ropa vio a las menores lesionadas y otros dos quedaron lesionados en el patio.

Ella comenta que los agentes municipales se negaron a trasladar a los heridos a pesar de verlos en malas condiciones de salud; cuando llegó la ambulancia uno de los heridos ya había muerto.

“El llamado que todos hacemos a la autoridad es que de verdad se pongan a hacer algo. No es posible que vengan hasta las puertas de tu casa, que entren a tu hogar y te lo destruyan todo de la noche a la mañana. Salimos a trabajar con miedo en el camino y ahora que llegamos de nuestros trabajos estamos inseguros en las casas”, afirma.