«Una mujer de la tercera edad logró defenderse y ahuyentar a un par de ladrones que intentaron saquear su tienda».
PARÁCUARO, MICHOACÁN. Los hechos ocurrieron en la colonia Federico Vergel, a las espaldas de la escuela comunitaria Josefa Ortiz de Domínguez, sobre la esquina, en la tiendita de Doña Esperancita.
Corrían las 10:00 horas de la mañana cuando doña Esperancita salía tranquilamente a barrer la calle de su tiendita, esperar al camión de la leche entre otros asuntos de su negocio.
Menciona la mujer de 76 años de edad, que se disponía a limpiar la vitrina de los panes y acomodar algunas cosas cuando dos jóvenes sospechosos entraron a la tiendita y comenzaron a usmear la tienda.
Por debajo del despachador la mujer de la tercera edad tenía guardado un dispensador de gas pimienta, además de un bat de béisbol, a los cuales ya les había hechado un ojo para casos de emergencia.
Uno de los jóvenes aproximadamente de 25 años pidió dos cigarrillos, para distraer a la mujer, en lo que ella tomó de la gabeta de abajo la caja de cigarrillos, otro de los jóvenes sacó una navaja y comenzó a amenazar a la mujer creyendo que podía intimidarla.
Sin embargo, la reacción de la mujer fue todo lo contrario, doña Esperancita ya tenía en mano el gas pimienta que tomó al buscar los cigarrillos, y comenzó a rosear en el rostro de ambos jóvenes, quienes cayeron tendidos al suelo gritando del dolor.
Posteriormente, tomó el bat de béisbol y comenzó a golpear varias partes del cuerpo de ambos jóvenes y llamó a la policía.
Al momento de acudir la policía se dieron cuenta que no había mucho por hacer, la ancianita ya había hecho el resto.
Ambos jóvenes de 25 y 23 años fueron detenidos por la Policía Municipal y fueron llevados a la delegación para proceder con los cargos de robo a domicilio a mano armada.
Esperancita recibió una medalla por parte de las autoridades por mostrar su valentía y haber actuado en pro de la justicia.
Fue impresionante para el pueblo, ver cómo una ancianita de 76 años se defendió y castigó a un par de delincuentes, sin haber sufrido rasguño alguno.
«Cada quien se busca su propio mal, estos muchachitos obtuvieron su merecido. No iba a permitir que un par de malcriados robara mi tiendita». Menciona doña Esperancita, quien hoy es recordada como la mujer maravilla de Paracuaro.