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Niño le manda cartas y dinero a su perro que dejó en el albergue porque su papá lo maltrataba

El género epistolar en la literatura es poco socorrido por los escritores hoy en día y una práctica en desuso, pues, sin duda, escribir una carta se trata de algo muy íntimo y a veces doloroso.

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Tal el caso de este pequeño mensajero, quien, haciendo uso del correo, sigue mandándole su amor al perro que tuvo que dar en adopción.

Este niño mexicano se vio en la necesidad de dejar a su cachorro en un albergue para animales porque su papá lo maltrataba y le hacía pasar hambre. El llanto del can laceraba muy hondo el alma del niño y por eso tomó la decisión de dejarlo ir para que estuviera en un lugar seguro. Los días han pasado desde que dejó ir a Simón, su perro, pero él no lo olvida y le envía cartas.

Simón llegó al albergue Pergatuzoo, que se encuentra en el valle de México y donde se da asistencia a animales en situación de calle o que sufren de maltrato, en el marco de la pandemia de covid-19. Desde entonces, Simón ha crecido mucho, pero no está en adopción, pues el niño sigue mandándole sus bolsas de tortillas, sus ahorros y sus cartas.

Todos los días llegan al albergue perros como Simón, a quienes dejan amarrados en la puerta para que les den la protección que en casa no recibieron. Desafortunadamente, la mayoría los abandona, pero este no es el caso de este niño, quien escribió en una de sus cartas que no den adopción a su perrito, pues cuando él sea grande, volverá por su mejor amigo.

En realidad, Simón es una víctima colateral de la pobreza. En sus cartas, el niño ha dejado entrever que su padre se encontraba en una situación grave de desempleo durante la pandemia y que tampoco lo dejaba salir por las medidas de higiene y las recomendaciones de salud. En su última carta se puede leer:

Hola, Simón. No puedo verte por el covid-19. Mi papá no me deja salir. Te mando tu comida y tres pesos. Mi papá no tiene trabajo. Pórtate bien, te extraño.

Pero ahora Simón ha crecido y sigue en el albergue. Han pasado dos años y los efectos de la pandemia, en materia de salud, han bajado. Esperemos que al menos ahora este niño pueda ir a visitar a su amigo y que su padre haya encontrado trabajo.