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Su mamá falleció, ella se casó y un gato extrañamente acudió a la boda. Ella asegura que era su mamá

Una gatita se apareció en una boda y no se separó del vestido (la novia contó los “motivos” y los detalles de la historia)

La vida está llena de cosas mágicas e inexplicables. Rebeca decidió casarse en la iglesia donde están las cenizas de su madre y, en el día de su boda, una gatita apareció misteriosamente para acompañarla y permaneció a su lado durante toda la ceremonia. Aunque muchos pueden creer que se trató de una simple coincidencia, ella cree que esta visita tiene algo que ver con su mamá, pues, quizá, pudo escuchar sus pensamientos y decidió hacerse presente en uno de los días más importantes en la vida de su hija.

Rebeca compartió lo que ocurrió en la misa de su boda y todo lo que la hace pensar que esa gatita era su madre. Después de todo, los padres siempre van a estar ahí para cerciorarse de que sus hijos sean felices y, aunque no estén en la manera que nos gustaría, ellos no nos abandonan.

Un amor eterno

Cortesía de Rebeca Vélez

Cuando Rebeca nació, su madre quería llamarla “Esperanza” pues, justamente, ese era el nombre que describía a la perfección lo que significaba su llegada. Esa pequeñita se convirtió en la adoración de su mamá y siempre fueron muy unidas, a pesar de todas las circunstancias a las que podían enfrentarse. Cuando Rebeca creció y tuvo que mudarse a Guadalajara para estudiar en la universidad, no dejaba de hablar por teléfono con su mamá para saber de ella.

Su madre sufría de depresión y Rebeca era una de las razones que la hacían seguir adelante. Desde bebé, se convirtió en el amor más grande de su vida, tal como se lo decía cuando le cantaba la canción “El amor de mi vida” de Camilo Sesto, cuando era muy pequeña.

Una despedida inesperada e incompleta

Cortesía de Rebeca Vélez

Hace más de 9 años, Rebeca recibió una noticia que le cambiaría la vida, y tuvo que enfrentarse a uno de los dolores más grandes que una persona puede experimentar: perder a su mamá. Un infarto fulminante le arrebató a su compañera de aventuras y, entonces, entendió que todo quedaría inconcluso por siempre, pues la mujer más especial de su vida ya no la acompañaría en todos esos momentos importantes que tendría en un futuro. Se había terminado allí… ya no habría más “te quiero” ni una despedida justa o que resultara suficiente.

Lágrimas inevitables

Cortesía del fotógrafo Fidel Javier Castro

Llegar al día de su boda sin su madre fue algo sumamente difícil para Rebeca así que, con la intención de rendirle un homenaje, además de casarse en la iglesia en donde están sus cenizas, decidió colocar una fotografía especial en el ramo para que la acompañara. Desde que caminó hacia el altar, su mente comenzó a llenarse de recuerdos y no pudo evitar pensar en su madre.

Cortesía del fotógrafo Fidel Javier Castro

Cuando su padre la entregó a quien se convertiría en su esposo, Rebeca dejó el ramo en el reclinatorio y, por alguna razón, el arreglo se volteó y estuvo a punto de caerse. Cuando lo quiso acomodar, vio aquella foto y su corazón se afligió por la ausencia de su madre. Aunque quiso soportarlo, no aguantó y sus lágrimas empezaron a salir.

Una visita mágica y misteriosa

Cortesía de Rebeca Vélez

Rebeca nunca habló con su madre de cómo sería el día de su boda, pues era más probable que su hermana mayor se casara primero y, aunque su mamá ya no tuvo la oportunidad de acompañarla como hubieran querido, ocurrió algo que sorprendió a la novia y a todos los que asistieron al evento. Algunos de sus invitados le comentaron que una gatita rondaba por la iglesia antes de que todo empezara y, cuando cerraron la puerta, esta visitante se quedó afuera hasta que el mejor amigo de la novia le abrió y pudo entrar a la ceremonia.

Cortesía del fotógrafo Fidel Javier Castro

Cuando la gatita caminó hacia donde estaban los novios, Rebeca se quedó impresionada de que un gato estuviera asistiendo a su boda y, entre más se acercaba a ella, más creía que esa inesperada visita se trataba de su madre, quien, tal vez, quiso hacerse presente de alguna manera en un día tan importante para su hija.

Cortesía del fotógrafo Fidel Javier Castro

Además de permanecer a su lado durante la misa, algunos de sus amigos le contaron que esta gatita acariciaba el velo de su vestido. “Cuando me contaron lo que había hecho aquella invitada y vi las fotos de cómo se acercaba al vestido, lo único que pasó por mi mente fue que realmente pudo haber sido mi mamá”, comentó. Muchos de sus invitados le dijeron que también creían que esta gatita se trataba de su madre y había llegado a la misa para darle su bendición.

Sus damas de honor pensaron en llevarse a la gatita para que Rebeca pudiera adoptarla. En realidad, ella ama a los gatos y tiene una relación especial con ellos pues, desde que falleció su mamá, se encarga de recogerlos de la calle para buscarles un hogar. Incluso, desde pequeña cuida a un gatito que está por cumplir 17 años y que su mamá le regaló. Además, días antes de la boda, una gatita apareció en su puerta. “Fue curioso, pero estaba ahí como preguntando: ¿Aquí vive la señora de los gatos? ¿Puede adoptarme por favor? Y la adopté”, contó.

Cortesía de Rebeca Vélez

Por desgracia, no pudo hacer lo mismo con la gatita que asistió a su boda, porque desapareció cuando terminó la ceremonia y nadie más la volvió a ver. “Tal vez mi mamá sabía que me hacía mucha falta y quiso estar presente de esa forma, siendo ella o simplemente mandando al animal que sabe que más amo en este mundo, como una manera estar conmigo”, comentó. Al final, no es posible saber qué fue lo que pasó exactamente pero, como su madre le enseñó, la vida es como uno la quiera tomar y ella decidió ver a este misterioso suceso como algo positivo y lo convirtió en uno de sus recuerdos más especiales.