Gómez Palacio, Dgo.-La tarde del lunes siete de febrero, un voraz incendio consumió la casa de Don Juan Cortés Charles, hombre de la tercera edad que tenía bajo su cuidado a dos de sus hijos quienes sufrían parálisis cerebral, por desgracia las llamas también les arrebataron la vida.
Don Juan se encargaba de Sergio y Juan Franciso, quienes desde su nacimiento fueron diagnosticados con parálisis cerebral.
Por desgracia la casa en donde vivían ubicada en la colonia Miguel de la Madrid de la ciudad de Gómez Palacio fue consumida por un voraz incendio.
Según el reporte pericial los cuerpos calcinados de Don Juan, Sergio y Juan Francisco fueron encontrados en sus camas.
«Alrededor de la una nos reportaron el incendio, en cinco minutos acudimos, pero estaba la casa ya siniestrada, al interior se encontraban tres personas calcinadas.
Los hermanos tenían una enfermedad cerebral
«Se encontraron los tres postrados en cama, según la posición de los cuerpos no hubo reacción para moverse del lugar. El incendio pareciera indicar que fue un corto circuito y era una casa que tenía un acumulamiento de materiales y lamentablemente sucede esta tragedia «, mencionó José Miguel Martínez, Director de Protección civil y bomberos de Gómez Palacio.
Aunque Don Juan no tenía impedimento para salir del domicilio siniestrado, decidió quedarse junto a sus hijos hasta el último momento.
Hasta el lugar de los hechos acudieron los cuerpos de rescate de la ciudad de Gómez Palacio, sin embargo, poco pudieron hacer para salvar sus vidas.
Los tres cuerpos fueron trasladados al servicio médico Forense en donde se les realizará la necropsia de ley, mientras que elementos de la policía investigadora de la Vicefiscalía del estado de Durango realizará los trabajos correspondientes para determinar la causa del siniestro.
Su padre se encargaba completamente de ellos
Era su padre Don Juan quien se encargaba de sacar adelante a sus dos hijos.
Don Juan Francisco dedicó su vida a la albañilería, oficio con el que pudo sacar adelante a su familia, sin embargo la partida de su esposa Rosa lo obligó a dedicarse al cien por ciento a sus hijos.
Aunque sus otros dos hijos lo ayudaban, Don Juan Francisco la pasaba difícil, ya que al no trabajar no tenía ingresos para comprar pañales, sábanas y a veces hasta comida.
