En una escalofriante escena que ha conmocionado a la comunidad de El Llano, en el municipio de Tula de Allende, Hidalgo, un macabro hallazgo estremece a todos.
Un albañil, mientras realizaba labores en el panteón municipal, descubrió el cuerpo sin vida de un bebé recién nacido, cruelmente abandonado y devorado por perros hambrientos.
El inquietante descubrimiento ocurrió cuando el trabajador de la construcción notó a los perros arrastrando algo en los alrededores. Intrigado, se aproximó y se encontró con la aterradora escena: el cuerpo inerte de una pequeña recién llegada al mundo, víctima de un destino despiadado.
De inmediato, el albañil alertó a las autoridades locales, quienes, al llegar al lugar, se vieron confrontadas con la crudeza del hallazgo.
Asegurando el área, solicitaron la intervención del personal ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado para dar inicio a una exhaustiva carpeta de investigación.
En medio de la consternación, las causas del abandono y la muerte del indefenso bebé permanecen envueltas en el misterio.
Las autoridades, con el peso de la tragedia sobre sus hombros, se abocan a esclarecer los hechos y a identificar a los responsables de este acto atroz que ha dejado a la sociedad sumida en el horror y la indignación.
